El proceso de degradación de nuestra sociedad es creciente, difuso e intenso.Afecta todas las esferas de nuestras relaciones humanas.El problema es profundamente moral y tiene que ver con la calidad humana de nuestra población.
El caso paradigmatico, motivo de esta nota esta determinado por el delincuente que usted ve en pantalla.
El sujeto en cuestión, evolucionó muy rápidamente de la condición de cartero a estafador y extorsionador.
Después de décadas de haber recibido correo regularmente, de los mas variadoa orígenes, con absoluta normalidad, apareció en escena este engendro.
Los primeros síntomas fueron que encontrandomé a una cuadra de mi casa hablando con un tercero, de repente aparecía un sobre frente a mis ojos que era interpuesto por este insolente, interrumpiendo el dialogo de forma soez, e imponiendomé correspomdencia en la vía pública lejos de mi casa.
Otro detalle operacional, era que aparecía escuchando música y me reclamaba que lo esperara, por supuesto, mientras me veía obligado a escuchar su concierto y el buscaba.
Se sumo a lo descripto, que el sujeto "decidio", unilateralmente, cambiarme el domicilio, y ya nunca mas quiso llevar mi correo a mi casa.
No conforme con ello, el delincuente, comenzó a participar en el debate conceptual con terceros a los que remití intimaciones fehacientes, comentando el contenido de las cartas documento.
Siempre se puede un poco mas.
El personaje comenzó una campaña de maltrato y arbitrariedades que incluyó la pérdida de correspondencia y el arrojo de la misma en medio del jardín eludiendo el buzón.
Como el cariz que iban tomando los acontecimientos era cada día mas denso, se lo intimó en reiteradas oportunidades, verbalmente y de forma inequívoca, a cesar en su conducta y a observar sus obligaciones sin extralimitarse.
Todo fué en vano.
El maltrato se multiplicó.
Entonces se lo intimó nuevamente, registrando ahora estos hechos digitalmente.
La malicia se redobló, incluyendo ahora la pérdida de Cartas Documento.
Así que, como hago lo que digo, y ya le había advertido, escribí.
Me presenté por escrito el día 26 de Septiembre del 2013, dejando constancia de los hechos que relato.
Sin respuesta alguna, habiendo sido notablemente maltratado en la sucursal me presenté nuevamente por escrito el 26 de Febrero de 2014, ante la reiteración sistémica de agravios.
El 1 de Abril del 2014, me llegó una carta del correo en la que se hablaba de vaguedades de forma.
Consultando telefónicamente, una operadora me informó que...."el supervisor había constatado la ausencia de numeración domiciliaria"...lo que a todas luces era una maniobra de encubrimiento al delincuente.
Ahí decidí la acción judicial sin mas trámite.
Y así lo hice saber por correo electrónico.
Se la vieron venir.
El día 7 de Mayo, se presentó un supervisor al que le expliqué el conflicto, le mostré el lugar y los buzones y me dió la razón.
¿Era necesario este viaje?
¿Quien paga mi tiempo?
¿Quien paga mi calidad de vida?
¿Donde están las cartas documento que envié?
¿Cuales son las sanciones a este delincuente?
Cuando llegue alguna ola privatizadora, no se quejen muchachos, si no tuvieron la inteligencia de defender la calidad de su propio trabajo amparando a malvivientes como este sujeto.
Una historia miserable, protagonizada por un miserable.
